Espiritualidad en el mundo empresarial

Espiritualidad en el mundo empresarial: Una pista sobre nuestras necesidades de cambio

La espiritualidad, y concretamente la relación entre las personas y Dios, constituye un tema cada vez más común en estudios sociológicos para abordar el desarrollo humano desde una óptica más trascendente.

Uno de estos estudios, publicado en 2019 por Claudia Vallejo Cerrón, Comunicadora y especialista en Desarrollo Humano, se enfocó en evaluar los hábitos espirituales de trabajadores (as) en el ámbito empresarial y encontró que, en general, las personas tienen una marcada inclinación por resolver sus necesidades materiales, dejando en planos más secundarios prácticas como la introspección, la reflexión sobre el sentido de la vida o la inclusión de la creatividad artística en las rutinas laborales.


“Según este diagnóstico, se estaría evidenciando un estilo de vida más rutinario, donde la persona vive y satisface sus necesidades más cercanas, dejando en un segundo plano las reflexiones sobre sí mismo y sobre los otros, ocupándose de tener a la mano el celular, pero no de tener presentes metas trascendentales en la vida”, señala Vallejo.

La investigación fue efectuada dentro de la Especialización en desarrollo humano con énfasis en procesos afectivos y creatividad, dictada por la universidad colombiana Francisco José de Caldas.

Lo material primero

En el estudio se incluyeron cuatro visiones teóricas sobre la espiritualidad y sus respetivos autores:

“Manfred Max Neef, quien cree que la espiritualidad es una necesidad emergente, creada por el hombre luego de cubrir sus necesidades básicas; Víctor Frankl, para quien la espiritualidad corresponde a una dimensión propia e inherente a todo ser humano; el Dalai Lama, con su postura de espiritualidad asociada al control de la mente; y Vasili Kandinsky quien asocia la espiritualidad con el desarrollo y la sensibilización del alma humana a través del arte”.

Los empleados (as) respondieron a preguntas sobre hábitos cotidianos, como aquello que suelen hacer, pensar o conversar antes de iniciar la jornada laboral, durante el trayecto al lugar de trabajo, a lo largo de la jornada misma, en el contexto de un desacuerdo con compañer@s, y al término de la rutina.

En general, las respuestas demostraron una marcada preferencia por asegurarse de tener las herramientas tecnológicas y otros recursos de trabajo disponibles y en orden, lo cual corresponde a la visión materialista de Max Neef.

“La concepción de la espiritualidad en el contexto empresarial se ve empañado por la necesidad de alimentar las urgencias materiales del día a día, dejando aspectos trascendentales y estéticos para ocasiones específicas que resultan cada vez más tardías”, puntualiza la especialista en las conclusiones del estudio, denominado Espiritualidad y desarrollo humano en la empresa.



Sin embargo, la dama destaca que, si bien la práctica de la reflexión o la introspección van detrás de la necesidad de cubrir necesidades materiales, estas fueron objeto de respuestas suficientemente numerosas como para considerar…

“la hipótesis de que la espiritualidad está asociada al comportamiento personal y colectivo, razón suficiente para convertirse en una herramienta a ser tenida en cuenta en los procesos de intervención y cambio que hacen parte del desarrollo humano”.


Ver estudio citado aquí